La financiación desempeña un papel fundamental en el funcionamiento de las empresas, siendo en muchos casos su motor impulsor. Permite el crecimiento, fomenta la innovación y aumenta la productividad. No obstante, para aprovechar al máximo estos beneficios, es necesario llevar a cabo una gestión eficiente. En situaciones donde existe el riesgo de no poder cumplir con los pagos comprometidos, la refinanciación se presenta como una herramienta para salvaguardar la salud financiera de una compañía.
Sin embargo, la financiación no siempre es posible y, en ciertas ocasiones, no queda otra opción que cerrar una sociedad y liquidarla. Pero para ello es necesario liquidar todas las deudas de la empresa.
Gracias a herramientas jurídicas, podemos cerrar una empresa con deudas mediante la figura legal del concurso de acreedores, donde las empresas tienen la posibilidad de hacer frente a situaciones de insolvencia y reestructurar sus deudas. Esta herramienta brinda un marco legal que facilita la negociación con los acreedores y permite la viabilidad económica de la empresa.
Además, en el caso de que el administrador de una empresa se encuentre endeudado debido a avales personales que ha otorgado, la Ley de la Segunda Oportunidad ofrece la posibilidad de eliminar esas deudas en caso de personas físicas. Esta ley busca brindar un mecanismo de alivio para las personas físicas que se encuentran en una situación financiera difícil, permitiendo que puedan liberarse de ciertas obligaciones económicas y obtener un nuevo comienzo.

1) ¿Cómo funciona la refinanciación de las deudas?
Para refinanciar las deudas de una empresa, tenemos que tener en cuenta que la financiación puede actuar como una palanca para el desarrollo de una empresa siempre y cuando se efectué de un buen modo y con una buena gestión.
Siempre es importante que la búsqueda de financiación se base en la obtención de las mejores condiciones posibles y que su utilización genere beneficios que permitan el reembolso del capital solicitado y los intereses acordados, sin desequilibrar el balance de la empresa. Sin embargo, cuando este equilibrio se ve comprometido y existe el riesgo de no poder cumplir con los compromisos adquiridos, la refinanciación se convierte en una herramienta altamente útil.
Aconsejamos que antes de afrontar cualquier financiación, hagamos un análisis que cubra los siguientes puntos:
Aspectos a considerar al evaluar la financiación:
- Objetivo: Determinar claramente el propósito de la financiación.
- Ganancias esperadas: Evaluar las ganancias que se anticipan obtener mediante dicha financiación.
- Capacidad de devolución: Analizar la capacidad de la empresa para reembolsar los fondos solicitados.
- Plazo de financiación: Ajustar el plazo de financiación de acuerdo con la naturaleza del bien y su amortización contable.
- Coste final: Considerar el coste total de la operación, incluyendo intereses y otros gastos asociados.
- Escenarios diversos: Realizar un análisis en diferentes escenarios, desde el más optimista hasta el más pesimista.
Ventajas de la financiación:
- Financiamiento del desfase entre pagos e ingresos de las operaciones.
- Obtención de liquidez en momentos de tensiones de tesorería.
- Aprovechamiento de oportunidades de negocio.
- Apoyo a la ampliación y modernización de la empresa.
La financiación, cuando se utiliza de manera adecuada, puede brindar múltiples ventajas para las empresas, permitiéndoles solventar desafíos financieros, capitalizar oportunidades y promover su crecimiento y desarrollo.
¿Cómo saber si existe un problema con la financiación de una empresa?
La financiación implica el compromiso de la empresa de devolver el capital y pagar intereses. Si los beneficios generados por la inversión permiten cumplir con estos pagos, no hay problema. Sin embargo, las condiciones del mercado, las previsiones de ventas o la capacidad de pago de los clientes pueden no cumplir con las expectativas consideradas al otorgar la financiación. Por lo tanto, es crucial realizar un seguimiento cercano de las ventas, el mercado y los clientes para anticipar posibles situaciones adversas y ajustar los planes de pago según la capacidad real de la empresa.
Es importante anticiparse y comprender las fortalezas y debilidades de la empresa en relación con su deuda, evaluando la relación entre la deuda y el valor de la propia empresa o de los activos en los que se invierte.
¿Cuáles son las condiciones favorables para refinanciar deuda?
La refinanciación es una opción para las empresas que enfrentan riesgos de incumplimiento de pagos o encuentran que sus gastos financieros son superiores a los precios de mercado. El objetivo del responsable financiero es asegurar la suficiente liquidez de la empresa para cumplir con los pagos y, si es posible, mejorar las condiciones.
Sin embargo, la refinanciación implica costos y cierta incertidumbre, ya que implica gestionar nuevos contratos de préstamos y las entidades financieras revisarán las condiciones. Aunque se puede realizar con cualquier entidad financiera, hacerlo con la misma entidad con la que se tiene relación habitualmente tiene ventajas, ya que conocen el historial crediticio y la evolución del negocio.
En ocasiones, simplemente modificando los plazos de vencimiento se puede reducir la cuota mensual, mientras que en otros casos puede ser necesaria una reestructuración más amplia. En cualquier caso, generalmente se siguen los siguientes pasos:
- Justificar la necesidad de refinanciación, demostrando la viabilidad y rentabilidad del negocio después del proceso.
- Evitar contraer más deudas durante las negociaciones, a menos que sea estrictamente necesario y se comunique a la entidad financiera.
- Controlar el pasivo, incluyendo las deudas comerciales, para no agravar la situación de tesorería y general de la empresa.
- Analizar cuidadosamente las condiciones de refinanciación, adaptando los tipos de interés y plazos a las posibilidades de la empresa.
- Liquidar algunas deudas antiguas y convertirlas en un préstamo nuevo, dejando un remanente de tesorería para gastos inmediatos.
- Llegar a un acuerdo con ambas partes, revisando las condiciones y siendo diligentes en la presentación de la documentación requerida.
- En caso de haber ocurrido un impago durante el proceso, acordar condiciones para liquidar la deuda una vez se alcance un acuerdo.
- Durante la refinanciación, se lleva a cabo una revisión de las garantías, pudiendo ser necesario obtener garantías adicionales.
2) ¿Cómo funciona el cierre de empresa con deudas?
Cerrar una empresa con deudas no es una tarea sencilla y es aconsejable siempre contar con el asesoramiento legal de un buen abogado.
Hay que tener en cuenta que pueden aparecer numerosos acreedores y embargos y es crucial evitar la liquidación patrimonial de una empresa, la cual puede ser provocada por demandas de acreedores y embargos. Antes de cerrar una empresa con deudas, se recomienda explorar otras opciones para facilitar el pago de las mismas. Esto puede incluir renegociar aplazamientos de pagos y quitas con los acreedores, vender la empresa o su unidad productiva con la supervisión de profesionales especializados, o recurrir al preconcurso de acreedores seguido de un concurso de acreedores voluntario, un proceso que, bien gestionado, puede liberar a los administradores y socios de responsabilidades.
La alternativa más recomendada es intentar salvar la empresa antes de su cierre total. Para ello, es recomendable elaborar un plan de viabilidad que analice minuciosamente la solvencia, liquidez, nivel de endeudamiento y las estrategias disponibles para negociar con proveedores, bancos y acreedores en general.
En caso de tener una respuesta negativa de los proveedores, bancos y acreedores, la mejor opción será cerrar la empresa, pudiendo escoger tres caminos:
A) Liquidación ordenada
La forma más sencilla de cerrar una empresa con deudas es llevar a cabo una liquidación ordenada, la cual debe ser gestionada por profesionales especializados. En este proceso, el responsable de la empresa realiza el pago completo de las deudas pendientes y, una vez que todas las cuentas están saldadas, se procede a la disolución formal de la empresa, que debe ser registrada en el Registro Mercantil.
El principal desafío en estos casos es la falta de suficiente liquidez para pagar las deudas. Por esta razón, es fundamental contar con la supervisión de expertos que garanticen que no se ocultan activos y que no se han beneficiado a familiares o amigos durante el proceso de liquidación.
B) Concurso de acreedores voluntario
En el caso que no hay otra solución para salvar la empresa, una de las formas más adecuadas de cerrar la empresa es obtener una resolución a través del concurso voluntario o preconcurso voluntario, también conocido como Pre Pack Concursal.
En la fase previa al preconcurso, se negocia con los acreedores con el objetivo de alcanzar un acuerdo antes de solicitar el concurso voluntario. Si esta etapa se gestiona correctamente, existe una alta probabilidad de lograr una reducción significativa de la deuda, evitando así los gastos judiciales asociados. En caso de no alcanzar un acuerdo, se recurre a la intervención judicial y se solicita el concurso voluntario para liquidar la empresa con deudas.
Es de vital importancia contar con un buen asesoramiento profesional para lograr los objetivos necesarios y evitar la intervención judicial durante todo el proceso del concurso de acreedores. Una vez resuelto el concurso, hay dos posibles escenarios:
- La empresa puede salvarse y continuar su actividad.
- La empresa no puede ser salvada, lo que resulta en su cierre. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el cierre ocurre sin responsabilidades para los socios y administradores.
C) ¿Qué es el pre concurso de creedores?
El preconcurso de acreedores es un procedimiento previo al concurso de acreedores en el cual una empresa en situación de insolvencia busca llegar a un acuerdo con sus acreedores y evitar la declaración formal de concurso. Es una herramienta legal que permite a la empresa negociar con sus acreedores y buscar soluciones alternativas antes de llegar a la etapa formal del concurso.
El preconcurso de acreedores debe ser presentado ante los Juzgados de lo Mercantil bajo la supervisión de profesionales, con el objetivo de cerrar la empresa mediante su venta a un tercero por el mayor valor posible.
En caso de que no sea viable la venta, se dispone de un plazo máximo de 3 meses para acudir al concurso de acreedores. Este procedimiento se compone de 5 fases principales:
- Actos previos.
- Fase común.
- Fase de convenio.
- Fase de liquidación.
- Calificación.
Cada una de estas fases cumple un papel específico en el proceso de concurso de acreedores y requiere la participación y seguimiento adecuado por parte de los profesionales involucrados.
D) La Ley de la Segunda Oportunidad
En caso de que la empresa sea una persona física, también tenemos como opción invocar a la Ley de la Segunda Oportunidad.
Es fundamental considerar las deudas al cerrar una empresa, ya que si no se maneja adecuadamente, pueden persistir en el tiempo. Simplemente cerrar la empresa sin tomar otras medidas no elimina las deudas, lo que significa que estas pueden recaer directamente sobre el patrimonio personal de los involucrados.
Por lo tanto, la liquidación total y el concurso de acreedores voluntario, así como la Ley de la Segunda Oportunidad en casos específicos, se presentan como las mejores opciones para hacer frente a este tipo de situaciones. Estos procedimientos permiten abordar de manera estructurada las deudas y buscar soluciones viables, ya sea mediante la liquidación ordenada de la empresa o a través de la reestructuración de las obligaciones.
Optar por la liquidación total o el concurso de acreedores voluntario brinda la posibilidad de gestionar adecuadamente las deudas y evitar que repercutan negativamente en el patrimonio personal de los responsables. Es importante contar con asesoramiento profesional especializado para llevar a cabo estos procesos y asegurar un manejo adecuado de las obligaciones financieras.
E) Concurso de acreedores necesario
El concurso de acreedores necesario es un procedimiento legal que se inicia cuando los propios acreedores de una empresa solicitan formalmente ante el juez competente la declaración de concurso de acreedores debido a la insolvencia del deudor. En este caso, la empresa no ha iniciado voluntariamente el proceso, sino que ha sido instada por los acreedores, perdiendo algunas ventajas del concurso voluntario.
El concurso de acreedores necesario puede ser solicitado por cualquier acreedor que tenga una deuda vencida y exigible contra la empresa, y que cuente con un título ejecutivo que respalde dicha deuda. El objetivo de este procedimiento es proteger los derechos de los acreedores y buscar una solución adecuada para el pago de las deudas.
Una vez que se ha presentado la solicitud de concurso de acreedores necesario, el juez evaluará la situación financiera de la empresa y, en caso de constatar la insolvencia, procederá a la declaración de concurso. A partir de ese momento, se llevarán a cabo las etapas correspondientes del proceso concursal, como la verificación de créditos, la liquidación de los activos de la empresa o la aprobación de un convenio de acreedores, según corresponda.
En resumen, el concurso de acreedores necesario es aquel que se inicia a instancias de los propios acreedores de la empresa, quienes solicitan al juez la declaración de concurso debido a la insolvencia del deudor. Su objetivo es garantizar el pago de las deudas y proteger los derechos de los acreedores involucrados.

Enrique Ruiz Prieto
¡Hola! Soy abogado, consultor jurídico de empresas y asesor fiscal y laboral. Amo los viajes, las historias y las narraciones, la tecnología, la justicia social y el emprendimiento. Si te gustan estos temas, te invito a quedarte y leer mi blog, donde te enseñaré a comprender el apasionante mundo del derecho y el funcionamiento de las tecnológicas digitales.

