La Ley de Violencia de Género: una reflexión personal

Quien me conoce sabe que no me gusta mucho atender a debates políticos sobre determinadas cuestiones. No obstante, me he visto obligado a realizar una reflexión sobre la Ley de Violencia de Género dado que nuestros políticos están comentando muchas mentiras sobre esta cuestión y; haciendo que la población se enfrente ante una cuestión que es necesaria.

Quiero empezar este artículo aclarando que la Ley de Violencia de Género es necesaria, pues existen muchas víctimas mujeres que fallecen a manos de sus parejas.

Ahora bien, ni esta ley es tan “mala” como algunos defienden, ni es tan “buena” como otros sostienen.

¿Debe ampliarse la protección que existe frente a mujeres maltratadas? En el seno del congreso de Diputados y Senadores existen debates políticos. Donde de un lado, un partido político desea eliminar la Ley de Violencia de Género; mientras que otra parte considera que esta Ley es insuficiente y debe reformarse para endurecer las medidas de protección hacia las mujeres.

Antes de analizar cada una de estas cuestiones y ver si realmente esta ley vulnera los derechos de un colectivo u otro, tenemos que explicar que es la Violencia de Género.

La Ley de Violencia de Género: una reflexión personal

¿Qué se entiende por violencia de género?

En 1993, la Asamblea General de Naciones Unidas realizó la primera definición de violencia de Género, considerando que violencia de género es “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino, que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para las mujeres, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada”. Es, por tanto, todo acto de violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de ser mujeres.

Un año más tarde, tanto la ONU como el Convención de Belén do Pará reconocen este derecho.

Nuestra vigente Ley sobre Violencia de Género (ley 1/2004) delimita este concepto al ámbito de la pareja o ex pareja y; contrariamente a lo que piensan muchas mujeres, la Violencia de Género tan sólo se aplica en la relación de poder entre el hombre a la mujer, nunca viceversa o entre parejas del mismo sexo.

Para aplicarse, debe existir una relación afectiva entre ese hombre y esa mujer. Si se golpea a una desconocida  por el mero hecho de ser mujer, no es Violencia de Género y; tiene sentido como veremos a lo largo de este artículo. Pues el delito de lesiones ya está contemplado en el Código Penal. Es cierto que muchos colectivos de mujeres quieren que esta ley se aplique a este tipo de lesiones entre desconocidos. A mi juicio carece de sentido, es como si existiesen dos códigos penales, uno para agresiones en general y otra para agresiones de hombres a mujeres. Cuando la ley de Violencia de género es una consecuencia de una discriminación en positivo, algo que nuestra Constitución prevé este tipo de legislación siempre que exista una desigualdad en este ámbito.

¿Es una Ley injusta o justa?

Para resolver esta pregunta, tenemos que remitirnos a muchos preceptos constitucionales, contraponer la realidad y observar si realmente esta ley podemos clasificarla de justa o injusta. Aunque la interpretación final siempre tendrá un componentes de subjetividad.

De hecho, cada persona intenta interpretar los datos conforme ellos desean. Algunas personas quieren observar que en las estadísticas hay lo que se denominan denuncias falsas, mientras otras desean ver indicios que la violencia de género es más necesaria que nunca.

Lo que es cierto es que existen tanto mujeres, maltratadas que necesitan de esta Ley para protegerse de la violencia que sufren a manos de sus parejas, como hombres maltratados por sus parejas que aprovechando esta Ley denuncias falsamente a sus cónyuges. Como es un caso de una “falsa denuncia” porque el padre no satisfacía la pensión de alimentos del hijo en común.

Según datos oficiales obtenidos de la página Web del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en el año 2017 hubo nada más y nada menos que 166.260 denuncias de Mujeres hacia sus parejas Hombres por Violencia de Género y; lo que significa que existieron 455 denuncias diarias de Mujeres hacia sus parejas Hombres (y 76 diarias en Madrid).

Estos datos para mí lo que nos proyecta es que hay problema sistémico entre las parejas heterosexuales en España. Donde existe un maltrato en ambos bandos que deberíamos profundizar porqué se producen en vez que alimentar el odio de cada uno de los bandos y; no lo que se está haciendo en los programas de televisión, tertulianos y políticos de querer enfrentar a hombres y mujeres como si fuésemos dos seres diferentes donde solamente uno de ellos puede ganar.

Por supuesto, que en algunas ocasiones serán los hombres los que sufren la violencia a través de “denuncias falsas”, como constata un caso en el blog de aboga2.eu; pero, en cambio, la mayor parte de los casos son las mujeres las víctimas que tienen que denunciar los casos ante la policía y la justicia para preservar sus vidas.  

¿Existe alguna solución? ¿Es mejor suprimir la Ley o mantenerla?

Los profesionales del derecho sabemos que la mayor parte de Leyes que surgen en cualquier Estado es para prevenir y solucionar problemas entre sujetos de una forma eficiente.

De hecho, los letrados conocen perfectamente que existen abusos tantos en una parte como en la otra y; defienden los derechos de la parte que le ha contratado para preservar los derechos de esa persona, ya que todos tienen derecho a una tutela judicial efectiva y al principio de inocencia.

Ocurre exactamente igual que cuando hablamos de los conflictos laborales. Ni todos los empresarios son malos por naturaleza, ni todos los empleados son unos vagos que no luchan por la empresa o entidad que los contrata.

En ciertas ocasiones, se afirma que gracias a la Ley de Violencia de Género, cuando una mujer denuncia a la policía que su pareja (o persona de análoga situación) la está maltratando, automáticamente la policía detiene al cónyuge varón para salvaguardar la vida de su esposa.

Con esta detención, no se vulnera el principio de inocencia, ni el de la tutela judicial efectiva; pues más tarde se acudirá a un proceso penal con todas las garantías procesales.

Gracias a ello, el supuesto maltratador podrá probar su inocencia y la parte contraria, deberá demostrar la culpabilidad del acusado.

Personalmente la solución empieza por la educación

Personalmente la solución empieza por la educación de ambos géneros, enseñando que aunque biológicamente somos dos sujetos distintos de la misma especie animal denominado ser humano o persona; jurídicamente debemos ser iguales ante la Ley y ante la costumbre o cultura de nuestra sociedad.

En esta educación no sólo tenemos que enseñar leyes e igualdad real jurídica; sino también alcanzar dicha igualdad socialmente, donde por el mero hecho de ser hombre o de ser mujer no puedes realizar una determinada conducta porque ésta no es vista socialmente con buenos ojos.

El modelo social que actualmente denominamos “machista” también perjudica a los hombres, que por razones sociales no pueden llorar en público por el mero hecho de ser hombres. Y esta conducta no sólo es criticada por personas de este sexo, sino también por el sexo femenino.

Por tanto, si queremos terminar con la violencia de género, tenemos que incidir en la educación en igualdad real de las mujeres y de los hombres y; desterrando todas aquellas conductas heredadas del pasado que perjudican a un colectivo o a otro.

Socialmente las mujeres sobre todo sufren esta desigualdad en el ámbito sexual, en las obligaciones domésticas y cuidado de los hijos, matrimonios forzados… Mientras que el hombre, en las exigencias que él debe mantener económicamente a toda la familia, no puede tener emociones propias de las mujeres (cuando ambos sexos tienen las mismas emociones), sufragar gastos de la pareja femenina, tomar iniciativa para conocerse… También las posturas que ambos adoptan en una relación romántica. Sabemos que biológicamente somos diferentes, pero esta diferencia nunca puede ser objeto para que socialmente o jurídicamente apoyemos una conducta delictiva o un hecho que merme a esa persona.

Maltrato a los hombres, ¿una realidad silenciosa?

En muchos medios de comunicación se afirma que existe un maltrato hacia los hombres y éstos no denuncian estos hechos.

Es algo que mucha gente desconoce, pero es una realidad; pues como he comentado antes los problemas entre las parejas de hombres y mujeres son bilaterales. En ambos bandos se acometen barbaridades, violencia y sometimiento de la voluntad de una de las dos partes.

La Ley de Violencia de Género sólo protege a las mujeres porque estadísticamente son las grandes perjudicadas en este tipo de conflictos; ya que hay más muertes de mujeres que de hombres a manos de sus parejas.

Ahora bien, en el tema del maltrato hay un hecho que debemos matizar. Existen muchas más denuncias por parte de mujeres que de hombres.

El problema radica nuevamente en la educación, como hemos comentado anteriormente. Gracias a esa cultura machista o modelo social clásico que todos conocemos, el hombre socialmente no puede denunciar un maltrato que le ocasione una mujer. Culturalmente será tachado de débil. Además, si acude a la comisaría se reirán de él. Hay inexistencia de instituciones que respalden al hombre maltratado. No hay teléfono de hombre maltratado, pues el 016 es tan sólo para mujeres maltratadas.

Todos esos motivos dificultan que el hombre denuncie un maltrato por parte de su pareja.

¿Por qué el hombre no denuncia?

Realmente se desconocen los motivos exactos de porqué los hombres no denuncian el maltrato que sufren a manos de sus parejas, cuando es una realidad en nuestro país. En cambio, para ellas si se tienen más estudios de por qué no denuncian la violencia que sufren a manos de sus parejas.

Algunos medios de comunicación afirman que:

  • 1) Hay una falta de apoyos jurídicos. Las mujeres al disponer de la Ley de Violencia de Género tienen mecanismos para denunciar y asociaciones que las respaldan y las motivan. En cambio, el apoyo que reciben los hombres es nulo jurídicamente.
  • 2) Carecen de apoyo social: Si las mujeres tienen problemas con su entorno, pues muchas personas no son conscientes de lo que ella está sufriendo y; la mayor parte de los contactos hacen caso omiso de su solicitud de ayuda; lamentablemente los hombres tienen aún más este rechazo social porque no existe una conciencia social de este problema.
  • 3) Falta de recursos: no existen recursos servicios, ni teléfonos de emergencias.
  • 4) Miedo al ridículo. En nuestra sociedad machista que un hombre sea maltratado se ve socialmente como algo peyorativo y es incluso objeto de burlas por parte de otros hombres.
  • 5) Creer que ellos provocaron el maltrato. Tanto los hombres como las mujeres maltratadas les cuesta dar el paso porque piensan que el maltrato que sufren ellos se lo merecen.

¿Cómo es el perfil del hombre maltratado?

Los expertos en psicología afirman que normalmente el hombre maltratado tiene las siguientes características:

  • Baja autoestima.
  • Necesitan la aprobación de su pareja de forma habitual.
  • Pueden que durante la infancia hayan sufrido maltratado por parte de sus padres, conocidos o compañeros de clase.
  • Contemplan a su pareja como su madre que puede castigarlos cada vez que hacen las cosas mal.
  • Idealiza a su pareja.
  • Tiene la idea errónea de que el amor es un sacrificio.
  • Puede presentar problemas de estrés, ansiedad…

Tipos de maltrato que sufren ambos sexos por parte de sus parejas

Tanto hombres como mujeres pueden sufrir este tipo de conductas a menos de sus parejas:

  • 1) Lesiones físicas: estas son las más evidentes y las más fáciles de denunciar. No obstante, suelen ser los últimos episodios, pues antes se suelen hacer otro tipo de conductas más invisibles al maltrato.
  • 2) Degradación: consiste en reducir valor a la pareja. Muchas veces se camufla en forma de broma e ironía. Puede hacerse tanto en público como en privado.
  • 3) Cosificación: es convertir a la otra persona en un objeto. Ambos sexos pueden padecer este tipo de agresión. Por ejemplo, convirtiendo a la persona en un objeto sexual (lo sufren más las mujeres) o no dejándole tomar ninguna decisión, que sea un instrumento para pagar deudas, sólo sirva para hacer tareas del hogar…
  • 4) Intimidación: es cuando la pareja causa miedo o terror a la otra, provocándole ansiedad. Por ejemplo, amenazando que se tiene que marchar de casa, que le van a quitar a sus hijos… La intimidación la sufren ambos sexos, aunque cada uno lógicamente intimida de otra forma distinta.
  • 5) Sobrecarga de responsabilidades. Es exigir que la otra parte resuelva y asuma todos los problemas del matrimonio.
  • 6) Privación: Consiste en limitar o reducir la posibilidad de satisfacer las necesidades sociales, personales y laborales del maltratado; conlleva muchas veces aislamiento social para que la víctima nunca abandone al maltratador.
  • 7) Distorsión de la realidad subjetiva: consiste en distorsionar la realidad del otro para que éste no pueda razonar con plenitud. Se trata de confundir.
  • 9) Estrategias defensivas: Es trasladar la responsabilidad de la violencia a la propia víctima y cuando existen problemas, todos estos son ocasionados por el maltratado.
  • 10) Violencia económica: controlar el dinero de la pareja.

¿Hay que suprimir la Ley de Violencia de Género?

Para muchas personas hay que suprimir la Ley de Violencia de Género porque viola la igualdad entre hombres y mujeres. Cosa que es falsa.

Es cierto que puede que algunas mujeres se hayan aprovechado literalmente de esta ley para condenar a hombres; pero son casos aislados, donde mediante un juicio se ha demostrado que se han inventado el delito.

Para entender un poco este proceso. En los procesos judiciales penales existe libertad en acusar a alguien de cometer un delito y; durante el proceso, la parte acusadora deberá de demostrar la culpabilidad de la persona denunciada.

Por su parte, esta tendrá el derecho a una justicia, a no declarar en su contra (principio de inocencia), a tener una tutela judicial efectiva, a un proceso judicial con igualdad de armas y principio de contradicción de las pruebas.

Lo que hace la Ley de Violencia de Género es que las mujeres que denuncia que sufren maltrato de sus parejas, éstas son detenidas inmediatamente durante 72 horas y más tarde puestas en libertad para que se juzgue cuando se celebre el juicio.

Esta detención es una medida cautelar que ellas disfrutan por el mero hecho de ser mujer. Es cierto que puede ser injusto; pero también las estadísticas de muertes de mujeres que han fallecido a manos de sus parejas es mucho mayor que la de hombres. De ahí que se realice una Ley especial que las proteja ya que las primeras horas son las más vulnerables para sufrir la muerte.

Es lo que se conoce como Discriminación en Positivo que nuestra constitución la ampara. Esta ventaja que ellas tienen es temporal. Cuando el machismo termine, dicha Ley debe desparecer. Así es como funciona la discriminación en positivo, pues es tan sólo una pequeña ventaja para que exista más igualdad.

Si suprimimos esta Ley, las muertes que se llevan a cabo se incrementaran. Además, a pesar que ellas tengan esta ventaja, luego deben solicitar la orden de alejamiento y no es tan sencillo conseguirla.

¿Se pierde un proceso con todas las garantías?

No. El proceso penal seguirá con todas las garantías posibles y estará sujeto a estos principios:

  • Principio de inocencia: el culpable no tendrá que culparse a sí mismo, sino tendrá que hacerlo la parte acusadora.
  • Igualdad de armas y contradicción de pruebas: ambas partes podrán aportar las pruebas que consideren oportunas siempre y cuando cumplan con la ley y no vulneren el ordenamiento jurídico. La contradicción permite refutar las pruebas que presenta la otra parte y; la igualdad exige que ambas sean sometidas a dicha contradicción y tener que seguir el procedimiento judicial previsto en la ley.
  • Tutela judicial efectiva: toda persona tiene derecho a la celebración de un juicio justo para demostrar su inocencia o la culpabilidad de la otra persona. El juez será imparcial y el acceso a La justicia será gratuito. Además, este principio defiende que nadie puede quedar indefenso ante un juicio. Es un derecho fundamental y como tal nunca se puede perder.

¿Hay que extender la Ley de Violencia de Género sobre todos los delitos que se cometen entre hombres y mujeres?

Personalmente considero que no. Sé que muchos colectivos feministas así lo desean, pero nuestro ordenamiento jurídico tiene muchos delitos tipificados en el Código Penal y leyes especiales.

Si se extiende cualquier delito cometido de un hombre a una mujer como violencia de género, estaremos creando dos ordenamientos jurídicos diferentes.

La discriminación en positivo es para frenar las muertes y lesiones físicas que ocasionan los hombres maltratadores a sus parejas, pero nada más. El resto de delitos carece de sentido añadirlos a la violencia de género.

Al igual que cuando una mujer ejerce violencia o maltrato sobre un hombre se aplica las normas comunes del Código penal; en el resto de delitos entre personas desconocidas debe aplicarse las normas comunes del derecho penal.

Sé que algunas mujeres defienden que violación debe ser contemplada bajo la Ley de violencia de género. No obstante, este delito ya existe. Podemos modificar la pena e incrementarla, pero no tendría sentido de incluirla en esta ley bajo mi juicio para engrosar los casos de este tipo de violencia hacia la mujer. Por ejemplo, los hombres sufren más el delito de asesinato que las mujeres, pues son asesinados por otros hombres a causa de reyertas y ajustes de cuenta. No por el mero hecho de existir más violencia a otros hombres debemos crear dos tipos delictivos. Existe uno que es matar a una persona con sus agravantes que contemplan precisamente si son cometidos a manos de organizaciones y grupos criminales.

Tampoco podemos permitir como algunas feministas pretenden que el supuesto maltratador no tenga un juicio con todas las garantias procesales.

Lo que deberían de incrementarse son las ayudas reales hacia las víctimas de violencia de género

El problema es que las asociaciones feministas y los partidos políticos favorables a esta propuesta están en muchas ocasiones defendiendo el particularismo de ellos y no de las víctimas. Quieren engrosar las estadísticas de casos para incrementar el presupuesto para las víctimas de la violencia de género.

Desgraciadamente, muchos gastos sobre esta metería son absorbidos por campañas publicitarias, asociaciones, proyectos… Pero las víctimas reales que han sufrido el maltrato poca ayuda reciben.

En muchas ocasiones motivan a las mujeres a denunciar los hechos. Pero cuando se trata de acompañarlas al hospital, al psicólogo o psiquiatra, a hacer sus compras por miedo a que el maltratador se presente a matarlas… Poca ayuda real reciben estas mujeres. Este tipo de ayudas deberían incrementarse, pero para que las víctimas reales las perciban, no las instituciones.  

¿Qué deberíamos hacer? Mi reflexión sobre la Ley de Violencia de Género

Para mí el primer paso es EDUCAR tanto a hombres como a mujeres en el respeto mutuo a todas las personas, independientemente de su raza, creado, sexo, orientación sexual, ideología…

Tras realizar mi reflexión sobre la Ley de Violencia de Género, considero que el segundo paso es reformar nuestro sistema judicial para facilitar la concesión de medidas cautelares a favor de la supuesta víctima. Muchos asesinatos se producen aun cuando se han denunciado los hechos y hay orden de alejamiento.

El tercer paso es concienciar a la población de no utilizar leyes ni normas para beneficio propio.  Sé que hay casos donde la mujer ha aprovechado esta Ley para sacar provecho de su situación, pero son casos puntuales. Por un caso, no podemos desproteger a muchas personas que sufren maltrato diario a mano de sus parejas.

También debemos cambiar y educar nuestra forma de contemplar las relaciones afectuosas. El paradigma machista o modelo tradicional de familia heredado debe ser reformado, pues como hemos visto en esta reflexión sobre la Ley de Violencia de Género se están cometiendo injusticias sociales tanto en hombres como mujeres. Ambos sexos son víctimas de este modelo machista y ese tema muchas veces se olvida en este debate. Yo soy hombre y, aunque me cueste admitirlo, me gustaría poder llorar sin ser juzgado. A veces envidio a las mujeres que pueden tener todo tipo de emociones cuando nosotros no podemos manifestarlas públicamente.   

Hay que educar que el hombre también puede sufrir maltrato por parte de su pareja y no ser ridiculizado en juzgados de guardia o comisaria si se atreve a denunciar los hechos.

Y, finalmente, debemos estudiar más el hecho que provoca tantas disputas y conflictos entre las parejas y; cómo podemossolucionar esos problemas de una forma más pacífica. Es un campo donde tiene  que profundizar no sólo juristas y letrados; sino también asistentes sociales, psicólogos, antropólogos… Todos tienen algo que aportar ante este hecho, donde cada vez más las parejas duran menos en nuestra sociedad.

Conclusiones de mi reflexión sobre la Ley de Violencia de Género

Pese a que haya colectivos que defiendan que la Ley de Violencia de Género debe ser derogada; dicha ley es constitucionalmente viable y necesaria por la cantidad de víctimas que existen anualmente.

El maltrato no sólo existe del hombre hacia la mujer, sino en tipo de parejas y relaciones afectivas. Existe una ley especial para los casos más comunes, y por ese motivo hay que protegerlas de una forma más especial. No obstante, no podemos descuidar y silenciar que existen maltratados de otra índole y; aún menos podemos hacer lo que precisamente están haciendo nuestros partidos políticos que es enfrentar a una sociedad sobre esta cuestión.

Los problemas de pareja deben ser resueltos de una amistosa. La violencia nunca es un camino para defenderse. Habrá muchos hombres que acaben maltratando a sus parejas como medio de defensas; pero esto nunca estará justificado. Si eres hombre y sufres maltrato, denuncia y sepárate de esa relación. Al igual que si eres mujer, haz esto mismo.

Muchas veces las parejas juegan con mecanismos para condenar a sus parejas con silencio, con maltrato psicológico… Estos juegos muchas veces desembocan en conductas tóxicas que generan violencia. En lugar de eso, practica más la COMUNICACIÓN con tu pareja y entre ambos construyáis un futuro junto. Si esto no es posible porque existen muchas incompatibilidades, pues dejad la relación.

Esta es mi reflexión sobre la Ley de Violencia de Género. Hay que empezar a formar a las personas bajo principios de respeto y comunicación y; que conozcan las diferencias que existen entre ambos géneros, que son reales, pero que nunca deben servir como argumentos para crear desigualdades jurídicas ni diferencias sociales; pues ambos sexos son capaces de desarrollar todas las actividades que el otro realiza si se lo proponen.  

Esperemos que este problema social desaparezca o se reduzca en los futuros años y espero que con mi reflexión haya quedado claro que esta Ley es necesaria, aunque tiene que tener unos límites y no extenderla a niveles que no tienen sentido jurídicamente hablando.

Enrique Ruiz Prieto

¡Hola! Soy abogado, consultor jurídico de empresas y asesor fiscal y laboral. Amo los viajes, las historias y las narraciones, la tecnología, la justicia social y el emprendimiento. Si te gustan estos temas, te invito a quedarte y leer mi blog, donde te enseñaré a comprender el apasionante mundo del derecho y el funcionamiento de las tecnológicas digitales.

Sumario
La Ley de Violencia de Género: una reflexión personal
Nombre del artículo
La Ley de Violencia de Género: una reflexión personal
Descripción
Reflexión sobre la Ley de Violencia de Género y las dificultades que tienen tanto hombres como mujeres en este tipo de conflictos.
Autor
Editor
Ruiz Prieto Asesores
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